El cumpleaños de Ícaro Un niño quiere volar, quiere llegar al sol. Fue al patio de su casa, buscó la planta más vieja de su mamá y pensó cortar dos hojas, las mayores, bien grandes debían ser la hojas elegidas. Con la tijera, esquiva la tela de araña que decora el rincón desde hace meses, y corta la hoja más grande. La prueba: la mueve de arriba hacia abajo, primero despacio para precisar el movimiento, luego un poco más rápido y más y más. No se movió del lugar pero va y corta la segunda hoja y arriba y abajo, prueba las dos juntas, con ganas, con más ganas, arriba y abajo, - si le pongo un poco de más energía podré- y nada, ni un centímetro del piso logra despegar. Pega un salto como quien remonta vuelo y para tomar impulso. No voló. Entonces sube a un banquito para que el salto sea más heroico y el impulso mayor y cae al piso, en verdad se desparrama. Queda en medio del patio hecho pedacitos. Por el ruido de la caída, sale la mamá a ver qué está pasando en el fondo de su casa. Ve...